martes, 24 de julio de 2012

Puerto Vallarta: Un museo al aire libre


 La inmensidad de la Bahía de Banderas se puede apreciar desde casi cualquier punto de Vallarta, a la orilla del mar se pueden realizar un sinnúmero de actividades como disfrutar del sonido de las olas o contemplar un espectacular atardecer que pinta de color naranja toda la ciudad.


 En el centro de la ciudad se puede recorrer el malecón de casi 1 kilómetro de longitud que va desde el parque Aquiles Serdán hasta la calle 31 de octubre, sobre este se pueden apreciar diversas esculturas, entre las que se destacan  "La rotonda del mar" de Alejandro Colunga,  "El caballito" de Rafael Zamarripa, "Búsqueda de la razón” de  Sergio Bustamante, "Una historia de amor" de Ramiz Barquet y Los Arcos, zona en la que se desarrollan espectáculos nocturnos al aire libre.

El arte no sólo se encuentra sobre el malecón, también existen artistas callejeros que arman esculturas de arena a la orilla de la playa que son verdaderas obras de arte y que ya se han convertido en una tradición en Puerto Vallarta.


Sobre la acera frente a la orilla del mar, se encuentran diversos restaurantes  bares y discotecas, muchos de ellos prácticamente al aire libre que cuentan con gran diseño y platillos de alta gastronomía.

Ya que se encuentra en el centro de la ciudad no puede dejar pasar la oportunidad de visitar otro de los iconos de esta ciudad: El templo de Nuestra Señora de Guadalupe, ubicado frente a la Plaza de Armas y el Palacio Municipal. Su fachada es de ladrillo, y su torre central es de cuatro cuerpos que se remató en sus inicios con una corona de concreto (la actual es de fibra de vidrio) sostenida por 8 ángeles  que se dice es una réplica de la corona utilizada por la emperatriz Carlota en 1860.

En malecón también es el lugar ideal para que al atardecer se aprecie a los voladores de Papantla que si bien nada tienen que ver con el estado se han convertido en una tradición del lugar ya que son un  gran espectáculo que fascina tanto a extranjeros como nacionales. Poco antes del anochecer se escucha desde casi cualquier sitio del malecón el sonido de los tambores y la flauta que anuncian que el espectáculo está por iniciar, luego se aprecia a los hombres cruzar los cielos con sus 365 vueltas que llenan de colorido una de las orillas de esta zona de la ciudad.


Fuente: El financiero http://www.elfinanciero.com.mx/

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